Eso me escribió. Solo eso. Y lo acompañó de una foto de cuerpo entero, vestido con un traje azul, camisa blanca, sin corbata. Dos metros de tio, pelo corto y una sonrisa que ya te dice todo lo que va a pasar. No enseñaba la polla. No hacía falta.
Él ya lo sabía. Sabía que si mi mujer lo veía, lo querría. Y que yo… lo permitiría.
Revisé su perfil. Únicamente tenía una foto, muy similar a la que me mandó, pero con la cara pixelada. El tío tenía clase. En su perfil, en inglés, hablaba de juegos con parejas, de disfrutar seduciendo a la mujer de otro. Su descripción coincidía con lo que parecía en la foto. 337 años, 1,98. Hablaba portugués, inglés, italiano y español. Sin validaciones.
Días antes había puesto una cita rápida y subido varias fotos de ella, incluso subí un texto a los foros para encontrar al macho, no al perfecto, aunque este lo fue, sino al que supiera entender lo que buscábamos.
Ella quería salir a ligar, a dejarse ver, a seducir al más bueno del local, como hace cada vez que salimos. Ya no quedamos en frio con swingers, dice que no tiene encanto quedar para follar, que le gusta más salir sin planes, encontrarse con alguien que le gusta… el tonteo y esa incertidumbre de “¿qué va a pasar?. En estas ocasiones, cuando ella tiene ganas de ligar, se transforma por completo, deja de ser la madre, la profesional seria y responsable y se convierte en una auténtica depredadora, pero ojo, no una cualquiera, no la típica que sale enseñando todo y pidiendo a gritos que se la folle alguien… Si algo tiene es clase, hasta para ser una zorra. Y a pesar de eso, cuando liga con el que se lo propone, no siempre nos sale bien… No siempre ese chico está dispuesto a irse a la cama con ella y con el cornudo de su marido. Asusta, creedme, y por muchas que sean las ganas que tenga de follársela, y ella de follársele a él, somos un equipo, y esas son nuestras reglas. Por eso lo hago por eso quedo con chicos swingers que creo que la van a gustar nada más verles. Ella tiene su tonteo y su momento de ligoteo. Salimos de casa sin saber realmente que va a pasar, pero si tiene que pasar, se con certeza que no saldrán corriendo, y sabrán comportarse como a todos nos gusta.
Escribisteis varias decenas de chicos, y algún chico de pareja, el 80% con foto pollas, alguno se atrevió a enviar fotos de cara, pero solo él, supo jugar desde el principio. Nada de “cornudo, que buena esta tu mujer, me la voy a follar por todos los agujeros”, “doy el perfil” “ni me gustaría conoceros”… Su mensaje fue auténtico y directo… Un perfecto match con lo que estaba buscando, sutil y elegante.
Le contesté y me dijo que era “de fuera”, no diré de dónde, ni tampoco estoy autorizado a decir su nick, que estaba en Barcelona por trabajo de viernes a viernes, hospedado en un hotel, muy cerca de donde quería quedar yo. También me dijo, me encantó, que aunque hablaba español, no pensaba usarlo en toda la noche. No hubo dudas. Quería jugar, quería seducirla. Y había leído mi mensaje en el foro. Todo un detalle. Era él. Y quedé con él.
En la terraza que escogí , pinchaba una amiga DJ, con la que habíamos compartido anteriormente alguna travesura de las nuestras… Ella, es del ambiente y conoce nuestros gustos tan particulares, lo ligona que es mi mujer, y lo que me gusta a mi verla con otros.
Cuando llegamos a la terraza a las 20:30, estaba petada. Un ambientazo. Mucho guiri y gente joven. Yo, como siempre, el mayor de la fiesta. Ella… irreconocible. Botas mosqueteras rosa palo, minifalda de cuero, top semitransparente, abrigo largo. Cuando ella se viste así, no es mi mujer. Es la puta reina de la noche. Solo se transforma así cuando quiere encontrar a un hombre interesante. Y él… lo consiguió desde que nos vio entrar.
Ya estaba allí. En la barra, justo a la entrada, acompañado de dos chicas de esas guiris espectaculares, que no llegan a los 30, que abundan en la noche de Bcn. Ella le vio nada más entrar. Pude observar como saltaban chispas desde el primer momento. Él la pegó un repaso de arriba a abajo, dejando de prestar atención a sus acompañantes. Ella le pegó un repaso a él. Casi dos metros de tío, no era para menos. Moreno, pelo corto, vaqueros y camisa blanca y una cazadora de cuero tipo bomber.
Nos colocamos junto a la DJ, la saludamos con los dos besos de rigor y enseguida note, no solo yo, que no hacían más que tentarse con la mirada… Que si sonrisita, que si ahora no te miro, que si ahora cojo a la rubia de la cintura para que veas que no voy a ir corriendo, que si ella me da un beso y … nos dijo que ya había visto a su presa de esta noche, en pocas ocasiones la había visto tan decidida y tan rápido. Lo habitual es que tontee más. Que se deje ver un poco más, que tarde en aparecer el tío que la gusta.
—“Quiero al que está en la puerta con la rubia y la asiática espectacular… Me lo traerás, cornudo”.
Nuestra amiga se rió. —“¡Siempre igual! ¿Tu has visto a las niñas con las que está?” A ese tiarrón ya le tienen pillado—
¡Hostia si es verdad! Estaba pendiente de él y no me había fijado en las chicas con las que estaba hablando. Con lo que me gustan a mí las asiáticas, y ésta estaba buenísima. La otra, una rubia de escándalo. Se nos habían adelantado y os juro que pensé que con lo buenas que estaban las dos, el tío habría decidido ya.
—“Tu tráemelo, vendrá” — dijo ella con una seguridad aplastante.
Mientras ella se quedó junto a la cabina, y se quitaba el abrigo para deleite de más de uno de los que estaba allí, yo fui a por algo de beber. La barra estaba petada, pero aún así me hice un hueco junto a él y sus dos amigas. Ni ella dejaba mirarle, ni él a ella. Los pezones de mi mujer clavándose en la camiseta, que dejaba entrever el contorno de sus pechos, incluso desde la distancia, eran toda una provocación.
Me acerqué a la barra. Él se giró, me miró, y cuando me pusieron las bebidas, con una sonrisa de oreja a oreja, me quitó el Sprintz que había pedido para ella de las manos.
—“Yo se lo llevo. Tú cuida de mis amigas, cornudo.” Me dijo en un perfecto castellano y se fue directo a por ella. Como si ya fuera suya.
¡Joder, qué fácil lo hizo! Llegó donde mi mujer, le dio dos besos, su bebida y en seguida supe que no había marcha atrás. He de decir que, después de tantos años, se leer su cara y gestos cuando se pone a mil, y los 10 minutos iniciales fueron como un libro abierto para mí. Las dos guiris me duraron poco. Ni estaba pendiente de ellas, no sabía qué decirles, y mi atención estaba en otro sitio. Mi mujer le presentó a nuestra amiga DJ, hablaron los tres un momento, vi como él ya la pasaba la mano por la cintura y, en seguida, miró hacia donde estaba yo, pidiéndome que me acercase a ellos.
Cuando me presentó, él me dijo algo para que lo escuchase ella… “you're a lucky man, but I'm luckier, because I know that tonight you'll share her with me” .
Los ojos de ella lo decían todo, si no había mojado el tanga ya, seguramente ese fue el momento. Le suele gustar los tíos con un punto de canallas y seguros de si mismo, pero sobretodo los que nos detectan a la primera y saben lo que estamos buscando… Y este lo hizo con una elegancia y poderío que la convencieron desde el primer momento de que era él quien se la follaría esa noche.
Yo me quedé por allí, pero no metido en la conversación, sobretodo porque mi inglés, no da para mucho…
Enseguida me tradujo al oído lo que él le estaba diciendo:
—“You’re the most fuckable woman in Barcelona. And tonight, you’ll leave this place without panties.”
—“Dice que esta noche me voy a ir sin bragas… y que tú lo vas a ver todo, cornudo”.
Yo no dije nada. Solo lo miré. Estaba empalmado.
Él seguía:
—“I’ll use your mouth first. Then your throat. Then your pussy. Then your ass. And your husband will record it while you moan for more.”
Y ella me lo traducía como quien me describe un menú.
Ahí supe que no había vuelta atrás.
Se tocaban. Ella se pegaba a él con la excusa de la conversación. Estabamos en una esquina, donde era difícil ver lo que pasaba, protegidos por la cabina y por mi, que me puse delante para taparles un poco. Él ya la tenía cachonda. Ella ya había comprobado con su culo como él estaba igual de cachondo y duro como ella. Le metió la mano por detrás, bajo la mini. Luego le lamió los dedos delante de mí. Ella se los chupó como si ya fuera suya. Como si estuviera esperando que alguien la sedujera así desde hacía semanas.
Después de un buen rato tonteando, poniéndonos a mil, incluso nuestra amiga DJ que me dijo al oido entre canción que la estaban poniendo muy cachonda, fui a la barra a por otras copas. La asiática del principio se me acercó y sin cortarse ni un pelo me preguntó en perfecto castellano si ella era mi mujer. Le dije que si. Me miro entre extrañada y alucinada… A mi eso de que mi mujer sea capaz de levantar al chico a una chica como ella y como la rubia, me pone muchísimo… y que se den cuenta de lo que esta pasando, más todavía… “Si yo también creo que se la follará dentro de un rato” le dije sin cortarme un pelo, dejándola con una sonrisa de oreja a oreja y una cara de sorpresa que no se tenía de pie.
Mi mujer se rio de mi cuando se lo conté: “Seguro que si la hubieras dado más juego se hubiera apuntado”. “No jodas, y tener que currar yo y perderme el espectáculo que me vais a dar” la contesté.
Tras otro rato disfrutando de la música, el del cuerpo de mi mujer y ella del suyo, decidimos irnos a otro sitio.
Cuando estábamos esperando el ascensor, él la dijo.
—“Take off your hong and give it to the cuckold”
Ella me miró. Se rió. Miró a nuestro alrededor, no había nadie. No lo dudo ni un segundo, se quitó el tanga con suma facilidad allí mismo y se lo dio.
El lo olió, me miró y me lo dio para que se lo guardase. ¡Estaba calado!
Yo estaba cachondísimo. Ellos también.
Entramos en el ascensor, ella se lanzó sobre él y le comió la boca sin miramientos. El la respondió… Yo miraba.
Hasta que me dijo “ Press the button on the 3rd floor.” El ascensor se detuvo. La miró y cuando las puertas se abrieron:
—“She's going to taste what I have. Buy a box of condoms and wait for us at the bar, cuckold.”
Ella me tradujo “Me parece que quiere que pruebe su polla antes de continuar, cornudo, y no tiene condones, asi que ya sabes lo que te toca. La XL y muchos… y esperamos en el bar que ahora vamos”
Y se la llevó.
Tenia controlada una farmacia al lado, los compré a toda velocidad y llegué al bar, también estaba hasta arriba, busque un sitio discreto, en la barra, justo en una esquina que en la que nos habíamos sentado otras veces y tenía comprobado que era muy discreta. El camarero me saludó, vamos muy a menudo, y me pedí una cerveza, justo antes de que me la sirvieran me llego un mensaje de ella.
“Te va a encantar” y una foto de ella con su enorme polla en la boca.
Tardaron todavía 15 minutos más… o quizás más. Cuando llegaron, vino directa a mi y me besó. Su boca sabía a semen. Me lo dijo, orgullosa: —“Me ha follado la boca en la escalera de la salida de emergencia y me ha hecho tragar todo. Me tiene a puntito de explotar y el muy cabrón lo sabe”
No estuvimos mucho en ese segundo bar. Solo un par de cervezas. Los tres sentados en la barra. Ellos como si fueran una pareja y yo el acompañante. Sin dejar de besarse, de meterse mano… El camarero que era el único que nos conocía, lo flipó, aunque no vio nada, intuyo que algo estaba pasando. Sabía de sobra que ella era mi mujer, aunque no era la primera vez que la veía darse el palo con otro, ese bar tendría mucho que contar… Yo aluciné más todavía cuando vi como ella le abría las piernas para que su mano se colase dentro de su mini. Por la cara de ella y cómo contuvo el gemido, la muy zorra se corrió allí mismo. No era la primera vez que me regalaba ese espectáculo, en ese mismo bar, en esa misma esquina… y joder, era un preámbulo perfecto de la noche que me esperaba.
Después… fuimos a su hotel.
Yo me senté en el sofá. Y grabé con el móvil. Ella se arrodilló. Le sacó la polla. Aluciné con la polla que tenía, no me extraño que tuviera a mi mujer tan perra.
Se la tragó entera sin decir palabra, mirándome a los ojos con esa cara de “cornudo, lo estás disfrutando tanto como yo”.
La tumbó sobre la cama, con su cabeza fuera y se la volvió a meter en la boca…
“I want you to eat it, so that it will be ready for me.” No hizo falta que me lo tradujera mi mujer, ella tenía la boca llena, y el coño de sobra preparado y calado, pero yo disfruté haciendo que se corriese con su polla en la boca y mi lengua en su clítoris.
Cuando ella se corrió, él se la saco de la boca, me pidió que me sentase en el sofá y volviese a grabar.
Ella me tradujo “Dice que lleva toda la noche esperando este momento, cornudo “… Suspiro de autentico placer al sentir como se la metía de una hasta el fondo …“¡Y yo!” Dijo prácticamente sin aliento .
Él la empotró, la empotró y empotró durante un buen rato. Se corrió varias veces con su polla dentro.
Después fue ella la que le cabalgó como una verdadera zorra. Yo grabé todo.
Gemidos. Gritos.
Él le hablaba mientras la follaba:
—“Smile for the camera, pretty whore. Your husband loves watching you like this.”
Ella reía entre jadeos.
El tío tenía un aguante espectacular, y no solo eso, cuando se corrió por primera vez, sobre sus tetas, no tardo ni 5 minutos en estar nuevamente empalmado.
Estuvieron follando como bestias durante horas.
“Me duele de tanto follar” me dijo ella mientras le cabalgaba de nuevo.
“Do you want me to stop?” Le dijo él.
“Ni se te ocurra” le ordenó ella y continuo montándole otro buen rato más.
Habíamos entrado en el hotel sobre las 23:30 y nos fuimos de allí casi a las 4.
Cuando íbamos hacia el coche, la cara de felicidad de ella era un auténtico poema… nada que ver con lo agotado que parecía su cuerpo. “Hacia mucho que no me follaban tan bien y estoy reventada. Hoy te quedas sin mamada al llegar a casa”
En el coche, camino de casa, ella se quedó dormida. Me llegó un mensaje de él.
“Cornudo, ya sabes que estoy en Barcelona hasta el viernes. A ella no se lo dije, pero seguro que se alegrará de saberlo y no tengo dudas de que querrá que me la folle de nuevo. Si te portas bien, lo haré y nunca le diremos como nos conocimos. Pero antes quiero leer en Spicy cómo lo hicimos y cómo me la follé hasta saciarla. Quiero que todo el mundo sepa lo cornudo que eres. Hasta te permito que subas una foto. Que no se nos reconozca ni a mí zorra ni a mí. Y si me gusta lo que leo, te dejaré que vengas con ella. Sino tendrás que conformarte con lo que ella te grabe. Porque tu mujer quiere follarme de nuevo, y tu lo sabes”
Cuando a la mañana siguiente, al despertarnos le dije que me había enviado un mensaje diciéndome que estaba aquí hasta el viernes, no me quedaron dudas… me hizo una de las mejores mamadas que recuerdo… La muy zorrita no me dejo follármela con la excusa de que lo tenía dolorido… y que se tenía que recuperar para antes del viernes.
Aquí está lo prometido.
¿Me lo pasé bien? Como hacia mucho tiempo. ¿Se lo pasó bien ella? Yo apostaría a que me va a dejar sin sexo hasta que te la folles de nuevo.
Y si, soy un cornudo 🤘🏼 Me encanta ver a mi mujer ligando con otros y corriéndose mientras se la follan.